La Fundación Gómez Pardo ha acogido durante los días 27 y 28 de octubre el curso de formación «Gestión económica de explotaciones de Áridos» en el que ha reunido a profesionales del sector con una dilatada experiencia y reconocido prestigio para abordar la problemática de la gestión económica de las explotaciones (En portada, Carlos López Jimeno, durante su intervención).
El curso, iniciativa de la Cátedra ANEFA de Tecnología de Áridos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid de la UPM, se ha inaugurado con la conferencia «La gestión a través del diseño de las explotaciones mineras», de Carlos López Jimeno, director general de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid. Durante su intervención, López Jimeno ha resaltado la importancia de incluir en esa gestión del diseño minero la necesaria rehabilitación de las explotaciones.
Las explotaciones mineras generan un fuerte impacto medioambiental, hecho que fundamenta ese rechazo social que va ligado a este tipo de actividades. En palabras de López Jimeno «el paisaje, desde el punto de vista medioambiental, es un recurso escaso que hay que proteger y gran parte del rechazo social se debe a esa destrucción del mismo». Es necesario concienciar a la sociedad de los beneficios, derivados de esta actividad, que inciden directamente en las comunidades afectadas y apostar por un diseño sostenible de las explotaciones, «pues siempre en cualquier proyecto minero es compatible la explotación con la rehabilitación, y sólo es necesario un poco de tiempo y creatividad».
Desde el punto de vista económico, la rehabilitación de una explotación minera no supone más del 2% sobre el precio de venta, por lo que es viable realizarla, siempre y cuando sea paralela al período de actividad de la misma. «No me creo que nadie dedique millones de euros a restaurar al final de la vida de la cantera, cuando ya no genera dinero» aseguró López Jimeno. Desde las empresas y las Comunidades Autónomas se está trabajando para la recuperación de esas zonas afectadas. «Los técnicos de minas estamos trabajando para adelantar los periodos de restauración en las zonas afectadas y desde la Comunidad de Madrid el resultado está siendo muy positivo».
Por ello, la gestión económica de las explotaciones mineras exige apostar por un diseño sostenible, que genere el menor impacto ambiental posible, coordinando la labor de explotación con la de rehabilitación de forma paralela. Esto supondrá no solo una disminución del coste de esa futura rehabilitación, sino también una aceptación de la actividad por parte de las comunidades afectadas que verán disminuir el impacto medioambiental que generan. En resumen, apostar por una minería sostenible, descrita por Jimeno como «una actividad que desarrolla una empresa, que ha de ser rentable, sumando el componente social, por ejemplo, a través de la reconversión de las cuencas mineras equitativa, generando riqueza que revierte en esos colectivos sociales cercanos a la explotación y, soportable tanto desde el punto de vista social como ambiental».
